En esto estamos...
Parar la pelota. Pensar. Otear el horizonte. Levantar la cabeza en la mitad de la cancha y dejar de correr por los laterales mirando al suelo. Hay formas de trabajar la seguridad. Pero lleva tiempo. Planes. No hay respuestas en la urgencia. Este no es un blog urgente. Hay que abrir los ojos. Mirar al otro. Sentirlo. Traerlo. Acá vamos a tratar de reflexionar, de jugar corto para llegar lejos. Vamos a discutir la inseguridad y analizar las políticas de seguridad. Hoy, en general, no hay verdades ni mentiras: hay apuro hueco y complicidades. No nos bancamos el discurso dominante sobre la inseguridad y somos críticos de las cortas respuestas progresistas. Vamos por más. Vamos al hueso. A donde duele. A veces duele sentir y muchas otras, pensar. Somos Criminal Mambo. Un blog sobre seguridad ciudadana del campo nacional y popular.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
martes, 8 de noviembre de 2011
Dream Team

Charles Barkley, Larry Bird, Clyde Drexler, Patrick Ewing, Magic Johnson, Michael Jordan, Christian Laettner, Karl Malone, Chris Mullin, Scottie Pippen, David Robinson y John Stockton.
En el año 1992, Estados Unidos llevó por primera vez a los juegos olímpicos al dream team, a los jugadores de básquet que se lucían en la NBA. Hasta ese momento, siempre tuvo presencia importante pero nunca a los mejores, esos que salían en las revistas y que conocíamos por la tele. Las estrellas, digamos, iluminaron aun más a la renovada Barcelona. Estuvimos ahí. Como no había entradas para los partidos del dream team, sacamos para el partido que se jugaba en un horario anterior, Grecia con alguien más, ya no nos acordamos. Al terminar el partido nos encerramos en el baño con la esperanza de estar ahí hasta el comienzo del siguiente turno. No tuvimos suerte, a los 3 minutos la poli privada nos descubrió como si fuéramos nenes de 5 jugando a la escondida y tuvimos que salir.
Pero siempre hay revancha en la vida. Ayer pudimos presenciar otro dream team, todos juntos en el mismo escenario y con entrada gratuita, sin necesidad de colarnos.
Sólo un proceso como el actual, de control político de la seguridad puede juntar a estas personalidades, sentarlas y que ni siquiera hablen. Lo que invita, lo que convoca, es la gestión política concreta sobre las fuerzas de seguridad que se inició en diciembre de 2010. Y, sobre todo, la clara conducción de Cristina y Nilda de toda esta transformación.
Rulo agrega un dato de color. Chuck Daly era el entrenador de ese primer y único Dream Team. Un artículo del diario español El Mundo dice al respecto:
“Sin discusión fue el momento cumbre de su carrera, donde tuvo el privilegio de dirigir a jugadores ya legendarios como Michael Jordan, Magic Johnson, Larry Bird, Charles Barkley, David Robinson, John Stockton y Karl Malone y donde utilizó formaciones diferentes en cada partido.
Nadie dentro del equipo cuestionó ni los minutos ni los puntos anotados, todos comprendieron bajo la dirección de Daly que el único objetivo importante a conseguir era la medalla de oro y eso fue lo que lograron.”
Que bueno es ver que las estrellas de la seguridad democrática asuman el compromiso y la conducción de Cristina y Nilda. Porque el único objetivo importante a conseguir es estando todos juntos, impulsando las políticas públicas necesarias para una mejor seguridad.
lunes, 17 de octubre de 2011
Racconto
viernes, 30 de septiembre de 2011
“Más Poesía, Más Policía” VOL. 911.
jueves, 22 de septiembre de 2011
Y dale con los cuidacoches...
lunes, 5 de septiembre de 2011
La (in)seguridad y las fuerzas de seguridad
Por Claudio Pandolfi*.- El caso de Candela Rodriguez, instalado masivamente a través de la acción de los grandes medios de prensa, ha vuelto a poner en discusión, en sus inicios, el tema de la (in)seguridad. Digo en “sus inicios”, porque parecería ser, con el correr de los días, que las causas del secuestro y homicidio de Candela nada tendrían que ver con la (in)seguridad de la cual podríamos ser víctimas cualquieras de nosotros, sino más bien con “supuestas” vinculaciones con el crimen organizado de parte de uno o varios familiares de la niña.
No es mi idea hacer un análisis del caso ni sumar o restar hipótesis al mismo, sino, más bien, centrarme en las cuestiones de la (in)seguridad que cada tanto vuelven a escena, sobre todo ante casos impactantes donde las víctimas son masivamente difundidas por los medios.
Diversas respuestas o propuestas se exponen a fin de terminar con el flagelo de la (in)seguridad desde un número diverso de actores que van desde la política, las fuerzas de seguridad (obviamente), víctimas devenidos en expertos con títulos universitarios falsos hasta artistas (sic) o divas televisivas que salen a pedir pena de muerte entre programa y programa.
Mirando la problemática desde el ángulo del derecho penal y las fuerzas de seguridad uno podría empezar por descartar algunas propuestas haciendo una selección desde distintos puntos de vista.
Propuestas de “mano dura” vs propuestas de la autodenominada “izquierda revolucionaria”
Desde la ideología se podría se señalar que la llamada “mano dura” recae sobre los más pobres, marginados y excluidos; a la vez que resulta ser un mecanismo de control social implementado como respuesta a la crisis que provoca la política neoliberal, etc, etc. 1
Pero además, como dato objetivo, se podría agregar que, allí donde se ha implementado, poco o nulo resultado positivo se ha alcanzado con ella, sino más bien todo lo contrario.
En E.E.U.U. la mayoría de los estados que profesan y practican las políticas de “mano dura” son aquellos que más alta tasa de delito tienen, incluso, para reafirmar la hipótesis, aquellos estados que implementan la pena de muerte son algunos de los que presentan las tasas más altas de homicidio. 2
En Centroamérica países como Guatemala, Honduras 3y El Salvador 4 han implementado políticas de “super mano dura” sin por ello haber logrado bajar la tasa de delito, que por cierto son de las más altas de la región.
En nuestro país durante los primeros años de la década se llevaron adelante reformas en el mismo sentido a partir de casos mediáticamente resonantes de secuestros extorsivos seguidos de muerte.
Así apareció el falso ingeniero Blumberg encabezando reformas penales que tenían el único, y confeso, objetivo de aumentar las penas para lograr la desaparición física de aquel que hubiere cometido algún delito.
El fracaso de esa política esta demostrado por sus mismos exponentes que, luego de haber logrado durante el 2004 aumentar las penas con la promesa de la solución automática, hoy vuelven a aparecer proponiendo la misma falsa solución.
Hace años que el Estado viene aumentado las penas para una amplia gama de delitos y no obstante la tasa de dichos delitos no baja, ergo la solución propuesta no es tal.
En el lado ideológico opuesto, por otra parte, no encontramos propuestas en relación a la (in)seguridad mucho más alentadoras o susceptibles de visualizar como reales y practicables.
Más allá de una “confusión” inicial del Partido Obrero, que allá por el 2004 marchó junto a Blumberg 5, las propuestas de la autodenominada “izquierda revolucionaria” giran alrededor de frases o consignas similares: “sindicalización de la policía”; ”elección directa de los comisarios”; “disolución de las fuerzas de seguridad”; “seguridad en manos de las asambleas populares”.
Vale decir que ninguna de estas “propuestas” pasan de la formulación de la consigna en si misma, o al menos quien esto escribe no ha podido encontrar tales fundamentaciones. Y más de alguna simpatía por la definición teórica, no parece muy factible implementarlas en forma practica el día de hoy.
Las sindicalización de la policía no se ha mostrado como solución en si misma, basta ver el ejemplo de E.E.U.U. donde los sindicatos actúan para proteger la corporación y la violencia policial y no a la ciudanía. O el ejemplo de Brasil, cuya policía sindicalizada se encuentra entre las más violentas de la región, a la par de presentar las tasas más altas de homicidio por habitante y la cifra más alta de homicidios de la región desde el 2000 en adelante 6.
Por otra parte a ello habrá de agregarse que en nuestro país quienes impulsan la sindicalización desde adentro de las mismas fuerzas de seguridad resultan ser aquellos vinculados a bajas y exoneraciones producto de sus vinculaciones con la corrupción, el narcotráfico y el gatillo fácil, que pretenden utilizar la organización para mantener privilegios e impunidad.
La propuesta no resulta seductora
La “elección directa de los comisarios” no parece ser una solución si tenemos en cuenta que la votación directa es una forma de elegir y no una propuesta política en si misma. Además habrá de tenerse en cuenta que, “por lo general”, resultan electos aquellos que alcanzan mayor número de votos y no lo contrario.
Como nos dejaría la elección directa de los comisarios ante el 50,5% de votos del Oficialismo, o el 12% de votos del duhaldismo? Pero además quienes serían los candidatos de la “izquierda revolucionaria” y las fuerzas progresistas: ¿Altamira?, ¿Cristian Castillo?, ¿De Genaro?, ¿Pino?¿Podría seriamente alguno de nosotros, hoy, asumir el mando de las fuerzas de seguridad en forma directa?
Y les pido por favor que respondamos honestamente y no como algunos compañeros del FAR me han dicho: “que si el Che asumió como ministro de economía de Cuba sin saber nada del tema, cualquiera de nosotros podría asumir el mando de las fuerzas de seguridad”, ello porque nuestra situación política de hoy no se asemeja en nada a la Cuba revolucionaria de 1959, pero además porque, esencialmente, ninguno de nosotros se asemeja a “Che”.
La “disolución de las fuerzas de seguridad” no parece posible hoy en día, ni nunca lo ha sido en la historia de la humanidad.En todo proceso revolucionario las fuerzas de seguridad del sistema no han sido disueltas sino derrotadas militarmente y reemplazadas por nuevas fuerzas de seguridad. Y parecería ser, sin ánimo de resultar pesimista, que estamos lejos de esas posibilidades.
La otra opción política “no violenta” podría ser, como alguna vez dijo un candidato a presidente de una fuerza trostkista en discursos de campaña, ir hasta la comisaría y decirle a los policías que entreguen sus armas y se vayan a sus casas, para ser reemplazados por el pueblo organizado.
Sinceramente no me imagino esa escena, no ya el pueblo organizado, sino, donde la policía deje amablemente sus armas sobre el escritorio, la gorra en el perchero y se vaya a su casa en búsqueda de una nueva vida.
Por último la variable de que la seguridad quede en manos de las “asambleas populares” requiere, al menos, que tales asambleas tengan poder suficiente para disolver las fuerzas de seguridad, y capacidad para llevar adelante la lucha contra el delito organizado, esto es: narcotráfico, trata de personas, robo automotor, secuestros extorsivos, etc.
Y volviendo requerir la sinceridad de todos nosotros: ¿Quién se ve seriamente llevando adelante esa tarea el día de hoy?
Entonces ¿Que hacer?
En principio debemos luchar por la implementación de una política criminal democrática cuyo punto de partida y de llegada debe ser: la dignidad humana, en todo el sentido y extensión de la palabra para todos los actores involucrados en el conflicto, que se extiende incluso, a personas involucradas en su microentorno familiar, económico y social.
En función de ello debemos bregar porque la política criminal no sea exclusiva del Estado, ni siquiera de los funcionarios políticos, y mucho menos de sus fuerzas de seguridad, o de un sector de la sociedad, generalmente el económicamente dominante.
Es tarea de las fuerzas democráticas abrir canales a fin de que el ciudadano común pueda participar en la elaboración de la política criminal estando atento a la regulación que del conflicto social hace el sistema punitivo, y a la vez generar mecanismos de control popular y depuración de las fuerzas de seguridad.
No debe caber duda que esta política criminal no puede estar aislada de otras políticas de índole social, económica, cultural y educativa del Estado frente al conflicto social. Debemos asumir que la solución al problema del delito se encuentra estrechamente vinculada a la democratización de la sociedad y a la distribución equitativa de las riquezas, la privación relativa de la que nos hablan Lea y Young 7.
Por ello resulta evidente que no habrá disminución real de la tasa de delitos sino se atacan las causas de fondo que lo generan. Por ello “…Los investigadores de WOLA insisten en que, en lugar de emplear técnicas represivas, los gobiernos lograrían mucho más si atacaran el problema desde sus raíces sociales, que incluyen desintegración familiar, fracaso escolar y falta de programas para atraer a la niñez y la juventud a actividades sanas, como el deporte o el voluntariado…” 8.
Para la izquierda latinoamericana el delito ó la propuesta frente al delito se ha transformado en un nuevo desafió, sin dudas no se puede seguir negando su existencia o subestimando el problema, pero tampoco se puede responder desde las posturas tradicionales que hacen del que delinque un supuesto “rebelde” que lucha contra el sistema basados en la errada creencia de que los delitos contra la propiedad están orientados contra la burguesía 9 o con fraseología seudorevolucionaria vacía de posibilidades de implementación real.
Basta recorrer las barriadas pobres del conurbano bonaerense para darse cuenta que “el delito de la clase trabajadora es realmente un problema para la clase trabajadora” 10.
Existe la necesidad de formular propuestas eficaces para disminuir el impacto social de la delincuencia formuladas desde una posición de clase, “…ver al delito como uno de los problemas a tratar en primer término…” y tener “…un política sobre el delito, una política que reconozca tanto que las raíces del delito se encuentran en las contradicciones del sistema capitalista como que es necesario enfrentarlo sin recurrir al estado autoritario de los conservadores”, a la par que se requiere una política real para controlar, limitar y modificar el accionar y la composición de las fuerzas de seguridad y del sistema represivo en su totalidad.
Ese es el desafió, en teoría no parece tan difícil, en la practica seguramente nos obligara a enfrentarnos a nuestros propios fantasmas de “izquierda”.
Queda claro que la cuestión no nos permite seguir esperando, en algún momento debemos asumir la responsabilidad ó correr el riesgo de que sean los propios sectores populares los que reclamen la “mano dura” que hoy enarbola la derecha, mientras celebran la llegada de las fuerzas de seguridad a las barriadas populares.
*Claudio Pandolfi es abogado y Secretario de Derechos Humanos del Colegio de Abogados de Lomas de Zamora, Candidato magister de Derechos Humanos de la UNLA.
Notas
1.Ver autores como Garland, Pavarini, Melossi, Wacquant, Zaffaroni, etc
“los doce estados norteamericanos que no aplican la pena de muerte tienen igual o menor cantidad de homicidios que los estados donde sí se la utiliza, según estadísticas gubernamentales. Esto indica que la amenaza de ser condenado a muerte no disuade a los delincuentes…”
2.“…diez de los doce estados en los que no se aplica la pena capital tienen tasas de homicidio más bajas que el promedio nacional. Y por otro lado, la mitad de los estados en los que la pena de muerte sí está en vigencia tiene un índice de homicidios por encima del promedio nacional…” Raymond Bonner y Ford Fessenden, del New York Times.
3.En un artículo publicado en el Diario Prensa Libre de Guatemala el día 16 de abril de 2007, su autora Dina Fernandez expone algunos datos precisos para tener en cuenta: “…El ex presidente Ricardo Maduro ganó las elecciones en Honduras prometiendo “mano dura” contra las maras o pandillas que sembraban el terror en Tegucigalpa y San Pedro Sula...”, “…El presidente Elías Antonio Saca, de El Salvador, quiso superar a su vecino, y llegó al poder bajo el lema de “super mano dura”.
4.“…El Salvador tiene uno de los índices mayores de criminalidad de la región. Aplicó en los últimos años la mano dura, y después, como no funcionó, la “super mano dura”. No hay cambios mayores. Tiene 12 homicidios y 500 asaltos a mano armada por día…”Bernardo Kliksberg, asesor del PNUD para América Latina, publicado en el Diario Clarín el día 22 de noviembre de 2006
5.Reclamando el aumento de las penas para diversos delitos, el aumento del horario de la jornada de trabajo de los empleados judiciales, entre otros reclamos establecidos en el famoso petitorio impulsado por el falso ingeniero.
6.39380 homicidios dolosos en 2009 frente a 2303 en Argentina, 1130 en Bolivia, 15817 en Colombia según el informe 2011 del Observatorio de Seguridad Ciudadana de la OEA.
7.Lea-Young. “¿Qué hacer con la ley y el orden?. Editores del puerto. Buenos Aires, Argentina. 2001
8. Estudio publicado por la Oficina de Washington para América Latina -WOLA, por sus siglas en inglés- en 2007
9. No se registran casos en que los denominados “pibes chorros” (sectores marginales salidos de las clases populares) hayan atacado la propiedad de la gran burguesía, o de las grandes transnacionales, o de los bancos, sino que por el contrario han víctimizado a sus propios vecinos de barriadas pobres, por lo general trabajadores que habían acabado de percibir sus salarios, jubilados que salían del banco habiendo cobrado una miserable jubilación o remiseros que hacían un viaje por unos pocos pesos.
10.Lea- Young. Obra citada
miércoles, 31 de agosto de 2011
A raíz de Chile. Actuación policial en manifestaciones.
viernes, 26 de agosto de 2011
PASO de todo
jueves, 25 de agosto de 2011
PASO Nada
domingo, 7 de agosto de 2011
La sensación de inseguridad: Ayacucho

La sensación de inseguridad es un problema social. Los medios que inventan noticias es otro problema social, más grave quizás. Los dos van de la mano y pasean por las plazas de los pueblos: la sensación y la mentira. La vida de muchos argentinos es condicionada por hechos falsos. No es nuevo el panorama, lo que ocurre es que está muy extendido. Cuando los especialistas advertían sobre el problema de repetir mil veces la misma noticia policial o cuando se expresó miles de veces en la necesidad de una nueva ley de medios era para evitar esto, pero llegamos tarde. Ahora es tiempo de recuperarnos aunque la fuerza sea más pequeña. En Ayacucho a pesar de las pericias, de la causa, de lo que decían las autoridades, la gente seguía pensando que había sido un robo y un asesinato y casi incendian la ciudad. Lo dijeron en la tele, y ya está. Había varias hipótesis, se habló de que era la consecuencia de los negocios de la soja, se les hechó la culpa a los migrantes del primer cordón del conurbano. La mujer acaba de confensar que inventó todo. Ya al primer día se olía el humo cansado de las situaciones forzadas, de las reacciones sin explicaciones. No importa lo que realmente suceda, importa lo que se siente, no importa si pasó o no pasó de tal manera. Es el cuento del lobo. No pasó nada en Ayacucho, pero igual son todos unos hijos de puta. Eso es todo, amigos. Siempre está el enano escondido con ganas de putear y romper algo y, ya que estamos, pedir que maten a los negros, a los pobres y a todos los políticos mentirosos.
Nosotros decimos que esta es parte de la sociedad que construyeron los medios hegemónicos con la complicidad de políticos complices. Esos que arruinaron al país, esos que querían meterle bala a los delincuentes pero con sus adminstraciones la tasa de delito subió sustancialmente. Esos políticos que se cagaban todos los días en las camisas del pueblo. Algo cambió, pero para muchos los políticos siguen siendo todos mentirosos y corruptos, porque justamente lo dicen los medios. Entre la tele y el intendente, es más verosímil la tele. Ese razonamiento hizo esta pobre mujer, quizás inconcientemente. Por eso es tan importante la batalla cultural y la pluralidad de voces.
Macri es el ejemplo de esta característica de la sociedad. No hace nada. O mejor dicho, lo que hace es comunicar. Inventa un relato. En ese ralato, en general, no pasa nada malo. Y dice que no es político, entonces no le cae esa mirada tradicional. El es diferente. El hubiera declarado barbaridades si el hecho hubiera sido en la Ciudad. Habría querido aplicar la ley. Pero todavía no hay ley que castigue a los mentirosos.
jueves, 4 de agosto de 2011
¡Fusilados!
lunes, 1 de agosto de 2011
Se nos estaban cayendo los pantalones...
jueves, 16 de junio de 2011
lunes, 13 de junio de 2011
El Estado y la sociedad civil frente al problema del delito
El Proyecto Ubacyt 083, "Comunicación pública y legitimación del control social. Estudios sobre delitos, infracciones, justicias y legislación", radicado en el Instituto Gino Germani de esta Facultad y el Centro Cultural de la Cooperación invitan al panel sobre "El Estado y la sociedad civil frente al problema del delito: Participación Comunitaria y Comunicación Política. Debates en el marco del Acuerdo por una Seguridad Democrática."
El mismo se llevará a cabo el lunes 13 de junio, 19:00hs, Aula 1, planta baja de la sede de Santiago del Estero 1029.
Panelistas invitados: