En esto estamos...
Parar la pelota. Pensar. Otear el horizonte. Levantar la cabeza en la mitad de la cancha y dejar de correr por los laterales mirando al suelo. Hay formas de trabajar la seguridad. Pero lleva tiempo. Planes. No hay respuestas en la urgencia. Este no es un blog urgente. Hay que abrir los ojos. Mirar al otro. Sentirlo. Traerlo. Acá vamos a tratar de reflexionar, de jugar corto para llegar lejos. Vamos a discutir la inseguridad y analizar las políticas de seguridad. Hoy, en general, no hay verdades ni mentiras: hay apuro hueco y complicidades. No nos bancamos el discurso dominante sobre la inseguridad y somos críticos de las cortas respuestas progresistas. Vamos por más. Vamos al hueso. A donde duele. A veces duele sentir y muchas otras, pensar. Somos Criminal Mambo. Un blog sobre seguridad ciudadana del campo nacional y popular.
domingo, 7 de agosto de 2011
La sensación de inseguridad: Ayacucho
La sensación de inseguridad es un problema social. Los medios que inventan noticias es otro problema social, más grave quizás. Los dos van de la mano y pasean por las plazas de los pueblos: la sensación y la mentira. La vida de muchos argentinos es condicionada por hechos falsos. No es nuevo el panorama, lo que ocurre es que está muy extendido. Cuando los especialistas advertían sobre el problema de repetir mil veces la misma noticia policial o cuando se expresó miles de veces en la necesidad de una nueva ley de medios era para evitar esto, pero llegamos tarde. Ahora es tiempo de recuperarnos aunque la fuerza sea más pequeña. En Ayacucho a pesar de las pericias, de la causa, de lo que decían las autoridades, la gente seguía pensando que había sido un robo y un asesinato y casi incendian la ciudad. Lo dijeron en la tele, y ya está. Había varias hipótesis, se habló de que era la consecuencia de los negocios de la soja, se les hechó la culpa a los migrantes del primer cordón del conurbano. La mujer acaba de confensar que inventó todo. Ya al primer día se olía el humo cansado de las situaciones forzadas, de las reacciones sin explicaciones. No importa lo que realmente suceda, importa lo que se siente, no importa si pasó o no pasó de tal manera. Es el cuento del lobo. No pasó nada en Ayacucho, pero igual son todos unos hijos de puta. Eso es todo, amigos. Siempre está el enano escondido con ganas de putear y romper algo y, ya que estamos, pedir que maten a los negros, a los pobres y a todos los políticos mentirosos.
Nosotros decimos que esta es parte de la sociedad que construyeron los medios hegemónicos con la complicidad de políticos complices. Esos que arruinaron al país, esos que querían meterle bala a los delincuentes pero con sus adminstraciones la tasa de delito subió sustancialmente. Esos políticos que se cagaban todos los días en las camisas del pueblo. Algo cambió, pero para muchos los políticos siguen siendo todos mentirosos y corruptos, porque justamente lo dicen los medios. Entre la tele y el intendente, es más verosímil la tele. Ese razonamiento hizo esta pobre mujer, quizás inconcientemente. Por eso es tan importante la batalla cultural y la pluralidad de voces.
Macri es el ejemplo de esta característica de la sociedad. No hace nada. O mejor dicho, lo que hace es comunicar. Inventa un relato. En ese ralato, en general, no pasa nada malo. Y dice que no es político, entonces no le cae esa mirada tradicional. El es diferente. El hubiera declarado barbaridades si el hecho hubiera sido en la Ciudad. Habría querido aplicar la ley. Pero todavía no hay ley que castigue a los mentirosos.
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