En esto estamos...

Parar la pelota. Pensar. Otear el horizonte. Levantar la cabeza en la mitad de la cancha y dejar de correr por los laterales mirando al suelo. Hay formas de trabajar la seguridad. Pero lleva tiempo. Planes. No hay respuestas en la urgencia. Este no es un blog urgente. Hay que abrir los ojos. Mirar al otro. Sentirlo. Traerlo. Acá vamos a tratar de reflexionar, de jugar corto para llegar lejos. Vamos a discutir la inseguridad y analizar las políticas de seguridad. Hoy, en general, no hay verdades ni mentiras: hay apuro hueco y complicidades. No nos bancamos el discurso dominante sobre la inseguridad y somos críticos de las cortas respuestas progresistas. Vamos por más. Vamos al hueso. A donde duele. A veces duele sentir y muchas otras, pensar. Somos Criminal Mambo. Un blog sobre seguridad ciudadana del campo nacional y popular.

viernes, 28 de enero de 2011

No se olviden de la Metropolitana


Mientras la derecha sigue hablando de menores e inseguridad cuando la realidad (la única verdad) es que la incidencia de los menores en el delito es ínfima; mientras Scioli lleva su policía a las escuelas (mal, Daniel, mal, ese no es el camino: en todo caso los policías bonaerenses tienen que ir a la Escuela pero a aprender, no a enseñar); mientras se siguen robando bancos (si esta es la respuesta policial al control político del nuevo Ministerio de Seguridad, bienvenido sea: no serán Robin Hood pero es mucho mejor que andar dejando muertos por la calle, como se temía); mientras todo eso pasa en nuestro verano argentino, la Policía Metropolitana silenciosamente sigue creciendo en su estructura.

Datos de la nueva vieja policía. Durante el 2010 ingresaron más de 1250 efectivos provenientes de otras fuerzas de seguridad (más del 80% de la PFA) y se tiene previsto para este año el ingreso de 350 más. La nueva vieja Policía Metropolitana está conformada en más del 75% con ex policías de otras fuerzas, que se formaron y ejercieron en un ámbito autónomo y corporativo. Se fueron a tiempo de las fuerzas de seguridad nacionales. Como el agua, que siempre encuentra su cauce, estos policías esquivan el control y la democratización. Ya lo dijimos 100 veces: la Policía Metropolitana ya es autónoma y vieja: el mejor lugar para los hombres y las mujeres de la prehistoria democrática. Su cáscara es moderna pero su contenido vetusto: formación militar y operativos de visibilidad callejera y mediática.

La ley 2894 que creó la Policía Metropolitana dispuso como disposición transitoria que: El personal proveniente de otras Fuerzas que se incorporen para conformar la primera estructura de mandos medios deberá satisfacer las exigencias de los exámenes psicofísicos y de conocimientos profesionales durante la realización del Curso de Integración y Nivelación del Instituto Superior de Seguridad Pública, siendo éste condición sine qua non para formar parte de cuadros permanentes de la Institución.”

Supuestamente se había dictado esta norma (transitoria; no permanente) para designar la primera estructura de cuadros de conducción y medios. Pero a partir de esta habilitación legal se metieron más de 1250 polis de otras fuerzas y, como si fuera poco, prevén incorporar 350 más. ¿No se les habrá ido la mano?

Una solución puede estar en la Legislatura: Derogar esa cláusula transitoria y cerrar el ingreso de policías de otras fuerzas, como ocurre en cualquier fuerza de seguridad: para hacer carrera tenés que empezar de cero.

Otra solución superadora la ofrecieron los legisladores opositores al presentar el informe final a fin de 2010 luego de la revisión de legajos de la Metro: A fin de sanear esta situación, y sin perjuicio de otras medidas que pueda proponer cada bloque político, consideramos imprescindible la remoción de la actual cúpula de la Policía Metropolitana y la designación de personal policial idóneo y con la acreditación de antecedentes en lo que hace al respeto a los derechos humanos.

viernes, 21 de enero de 2011

Preso en mi ciudad


Encontramos esto en un blog que lleva un nombre también de Los Redondos. Interesante. Más allá de la veracidad o no de los hechos ahí descriptos lo cierto es que las prácticas denunciadas son conocidas y reales. Los Comisarios de la PFA hicieron lo que quisieron toda la vida mientras los políticos practicaban tiro al pichón. Pero parece que una nueva era comienza.
Practicamos tiro al pichón
y un test para ir al espacio
con mi delicioso campeón
y el rock como todo llanto
ahora ya no llora...
¡Preso en mi ciudad! (¡¡¡ja-ja-ja!!!).
Casi ya no llora,
¡atrapado en libertad!.

jueves, 20 de enero de 2011

Vigiladores privados y Metropolitana



Lupus, amigo, regresé. Estaba muy lindo el norte, qué te puedo decir. Frío, nieve, tolerancia cero. Ya te contaré más adelante, porque hoy quiero hablarte sobre esta noticia que anduvo dando vueltas la semana pasada. Se trata de sumar a los trabajadores del servicio de seguridad privada (y a otros actores de la vía pública en la ciudad) para que colaboren con la Policía Metropolitana en el sistema de alertas y denunciando situaciones de riesgo.

Las reacciones que escuché fueron varias, pero en la misma sintonía: “Es una barbaridad” dicen algunos y otros afirman “Era lo que había que hacer”. Pero el problema no es solamente a quién se incorpora sino para qué, cuál es el esquema. Básicamente, nos preguntamos, cuál es la política de seguridad del gobierno de Mauricio Macri. Y aquí es donde nos entra el espanto, porque ya sabemos que se trata de una política de represión y exclusión.

Sumar a los vigiladores privados no estaría mal si hubiese mecanismos claros de regulación, capacitación y control de las empresas de seguridad privada, verdaderas cuevas de ex policías y militares de dudoso prontuario y de provisión de servicios -paradojalmente- poco seguros.

O si entendiésemos que, por ejemplo, en el marco de una seguridad ciudadana los habitantes de un barrio o comuna de Buenos Aires podrían organizarse en un foro junto con las autoridades locales y la policía para establecer algunos criterios básicos de seguridad. Porque la seguridad no es la policía. Esto es bueno repetirlo y entenderlo de una buena vez por todas. La Policía ayuda a articular la respuesta del Estado. Entonces, los vecinos de un barrio podrían decidir qué zonas priorizar (Plazas, Estaciones de Tren, senderos seguros para los escolares, etc) y cómo conformar un sistema de prevención. Y aquí entran los vigiladores privados, pero también las actividades públicas como una feria o un recital, cortar calles y restringir la circulación de vehículos los fines de semana para la práctica deportiva, mejorar las luminarias o las paradas de colectivos. Muchas ideas. Y entonces las decisiones serían populares y la policía sería de proximidad.

Y si yo sigo vecinos es para hablar de todos los habitantes de la ciudad. Ta claro, no? Porque en las barriadas populares no hay vigilancia privada o se encarga otra “empresa” pero también se podrían instrumentar foros, a ver si comienza a dar poder formal de decisión a la gente y pueden articular con otras agencias del Estado los mecanismos necesarios para mejorar las condiciones de seguridad.

Otra cosa. Policía de proximidad no es el cana que está en la esquina, bien vestido y simpático con las viejas del barrio. De proximidad y comunitaria significa que pueda estar sujeto a las decisiones democráticas y populares, que se encargue de los delitos menores y que se focalice en la prevención entre otros detalles más. Ojo al gol cuando Maurizio habla de proximidades porque eso querrá decir que el garrote esta más cerca.

Entonces lo que tenemos que reclamarle a Macri no es si tiene que incorporar o no a la seguridad privada al esquema de seguridad general. Sino que las políticas de seguridad estén orientadas a la prevención, la inclusión y la decisión popular. Sí, aunque tengamos vecinos fachos, la pelea hay que darla también en la calle. 

Saludos y mucho más lindo está Tucson, Arizona.

domingo, 9 de enero de 2011

Barreda, la cárcel y la seguridad

Rulo, hoy con mi hermano publicamos una nota en Miradas al Sur sobre el caso Barreda. Lo que pasa en la vida de este hombre rebota en las vísceras de muchos argentinos y pone en evidencia las contradicciones respecto de la justicia y la seguridad. Barreda, si querés, es un caso periodístico pero lo que importa y está en juego es una política penitenciaria y las preguntas de siempre: ¿Para qué está la cárcel? ¿Cuáles son sus fines? La Constitución dice que las cárceles son para seguridad y no para castigo. He aquí, quizás, una de las cuestiones en las que se debería profundizar. ¿Qué decide un Estado cuando libera a Barreda? Más allá de las complejas tramas jurídicas, interesantísimas por cierto y que Gustavo Arballo desarma con lucidez, es importante preguntarse por qué Barreda tiene que estar preso y por qué no. ¿Son suficientes 16 años de cárcel por matar cuatro personas? ¿Es poco? ¿Para qué sirve la cadena perpetua? Sobre esto hay escritos millones de libros y se estudia, debate y analiza hace más de tres siglos. No me gustan las preguntas para escribir un texto. Pero quizás acá, habiendo tanto escrito, hay que formular bien las preguntas. ¿Cuánto nos duele un preso? ¿La diferencia está en el tipo de delito o en la persona que lo comete? Es mentira que el derecho es lógica aplicada. Está probado que el encarcelamiento no reduce la violencia sino que la reproduce. Y la inseguridad no se resuelve con cárceles. ¿Difícil no?

martes, 4 de enero de 2011

PFA y Metropolitana, de la mano en el Indoamericano.


Elemental, Watson, digo… Rulo: la Policía Metropolitana y la Policía Federal tramando tropelías en conjunto.

Hay algo que nos viene picando. Nos rascamos pero sigue picando. Ponemos Caladril, pero sigue picando. ¿Qué hacían en el Indoamericano juntas la Metro y la Federal?

Al Fiscal Abraldes le pareció ver un lindo gatito en la emboscada de la noche del 7 de diciembre. Estuvo viendo imágenes de todo tipo. Inclusive imágenes de la PFA (la PFA filma casi todo lo que hace ¿sabían?). Estuvo escuchando las modulaciones. Acá y acá los detalles.

Lo que pica es la relación entre esas dos fuerzas. Es muy difícil dilucidar las internas de la PFA, son tan complicadas como las del peronismo pero mucho menos visibles y mucho más mafiosas. La Policía Metropolitana es un espacio donde se juegan esas internas. A Valleca, el ex Jefe de la Federal, no le gustaba nada la PM, pero otros Comisarios de la PFA vieron ahí un lugar para jugar: algunos renunciando y yendo directamente; y otros sin irse vieron que alcanzaba con tomar whisky con los muchachos.

El Indoamericano mostró los resultados de esos whiskies. Un operativo comandado por las segundas líneas, desobedeciendo órdenes de los superiores de los dos gobiernos. Uno puede pensar que Cristina quiere reformar las fuerzas de seguridad o simplemente interpretar que, como buena administradora de poder, no puede permitir que haya bandas sueltas de la PFA que no respondan a sus jefes. Las modulaciones dan cuenta que las órdenes eran claras: no disparar ni con balas de goma. Pero los muertos son de ellos o de la Metro.

Y la Metro Golden Mayer, ya lo sabemos, es una película nueva pero de una productora vieja, con los mismos clisés, las misma fotografía, el mismo guión. A poco de nacer ya es autónoma del poder político. Se dio en la práctica, muy rápido, lo que dicen los libros: la derecha delega en la fuerza de seguridad la política de seguridad. El Comisionado César Enrique Menardi, que comandó el operativo esa noche, es un viejo Federal, paralelo al Fino Palacios, y entro a la PM sin mostrar sus antecedentes completos (tampoco nadie se los pidió).

Y te digo más, Rulo, en el Boletín Oficial de la Ciudad, se siguen publicando resoluciones que aprueban el ingreso de cientos de Federales a la PM sin que nadie chiste ni diga nada. Será objeto de otro post, entonces.

Hasta la vista, Rulo.

lunes, 3 de enero de 2011

Marcelo Saín tira la primera piedra


Pólemico como siempre Saín se despachó con todo y señala cuales son, a su juicio, los límites de la nuevas polítcas de seguridad. ¿Crítica constructiva o despecho?