La primer planta es el mambo de la inseguridad. Es la raíz de la venganza, de la mano dura. La planta del autogobierno de las fuerzas de seguridad, de las empresas de vigilancia, los canales de televisión y los lobbies de las camaritas. La única fotosíntesis que hace es para reprimir. Única intervención estatal de la cual están convencidos para ocuparse de la seguridad. Y todos estos yuyos tienen nombre: Duhalde, Macri, De Narváez, Scioli, Casal, Hadad, Montoto… sigo?! No, mejor agreguen ustedes.
Nuestra planta es más delicada. Y tiene un problema grave. Tiende a enredarse y morir rápidamente. La competencia por la tierra hace que algunas hojas crezcan fuertes y otras saboteen, intentando reunir una porción de nutrientes que les de más vida y puedan volverse grandes y maravillosas. Nuestra planta es preciosa pero para prosperar debe ir con su raíz bien adentro y por tanto es fundamental que tenga fuerza suficiente para agarrarse de abajo y crecer con tallo firme. Recién germina y la estamos regando. Esta creciendo y entre todos tenemos que cuidarla.
Y lo que parece una clase de botánica Lupus, se transforma rápidamente en un escenario electoral. Porque esta es la cancha donde se juega el partido de octubre. Más democracia, más Estado, más libertades. Hay dos “revoluciones” en marcha y creciendo. La de la derecha y la nuestra, que arrancó en 2003 y nos va cambiando la vida cada día un poco más.
La de la derecha quiere dar el zarpazo y ahí anda agitando fantasmas, muerte, destrucción, caos y anarquía. Esa “revolución” viene con mano dura, achicamiento del Estado y retroceso de las políticas igualitarias. Hay revoluciones malas también. La de los sectores concentrados de la economía, la UIA, el campo, la iglesia. Los de siembre bah. Hicieron una que se llamo “Libertadora” ¿te acordás?
Y como yo quiero que nuestra pequeña “revolución” prospere me parece pertinente aclarar que cuando estamos hablando de miradas diferentes sobre la seguridad no lo estamos haciendo desde una perspectiva meramente -o simplemente- metodológica. Lo hacemos desde una mirada ideológica y política. Porque nuestro antagonismo se expresa muy sensiblemente y como nunca en la historia en esta materia: la seguridad.
Entonces atentos. Ojo al gol. A bancar la parada. Que cuando hablamos de seguridad estamos hablando de qué modelo de país queremos para vivir.
Fijate de qué lado de la mecha te encontrás…
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