
* La policía reprime el delito pero no resuelve la conflictividad social.
* El conflicto es un elemento esencial para el desarrollo de las sociedades. El desafío de nuestro gobierno es gestionar esa conflictividad. Ni ocultarla, ni mucho menos reprimirla.
* No tenemos una actitud anti policial, como quieren hacer creer algunos medios. Todo lo contrario. La PFA es necesaria, imprescindible, pero tiene que estar al servicio del pueblo, ser honesta y transparente, y recuperar sus mejores tradiciones.
* Es necesario que los policías entiendan las políticas de derechos humanos no como una frase sino como una práctica.
* Las escuelas de policía tenían el nombre de represores notorios. Ese era el mensaje subliminal que recibían los policías.
* La política de seguridad no es ni policial, ni judicial, ni penitenciaria, ni siquiera exclusiva del Poder Ejecutivo. Es de todos. La construimos entre todos o de lo contrario no vamos a tener una seguridad democrática.
* Ni la política de defensa es de los militares ni la política de seguridad es de los policías.
* Los que más sufren el delito son los humildes. Siempre fue así.
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