En esto estamos...

Parar la pelota. Pensar. Otear el horizonte. Levantar la cabeza en la mitad de la cancha y dejar de correr por los laterales mirando al suelo. Hay formas de trabajar la seguridad. Pero lleva tiempo. Planes. No hay respuestas en la urgencia. Este no es un blog urgente. Hay que abrir los ojos. Mirar al otro. Sentirlo. Traerlo. Acá vamos a tratar de reflexionar, de jugar corto para llegar lejos. Vamos a discutir la inseguridad y analizar las políticas de seguridad. Hoy, en general, no hay verdades ni mentiras: hay apuro hueco y complicidades. No nos bancamos el discurso dominante sobre la inseguridad y somos críticos de las cortas respuestas progresistas. Vamos por más. Vamos al hueso. A donde duele. A veces duele sentir y muchas otras, pensar. Somos Criminal Mambo. Un blog sobre seguridad ciudadana del campo nacional y popular.

jueves, 2 de agosto de 2012

Así los datos no sirven para nada



Publicar que hay 10.700 robos y hurtos al mes es de una liviandad peligrosa. No explica la diferencia entre uno y otro, no dice dónde se producen, con qué frecuencia. Tirados así al boleo la gente puede pensar cualquier cosa. Muchos de esos números están distorsionados, no son reales los hechos o la locación de los mismos. De igual manera, muchos de estos delitos no se denuncian. Miedo.

¿Cuál es entonces el motivo de publicarlos?

En principio hay 3 cuestiones que pueden observarse sobre el tema de la seguridad.

1.    El análisis de la información y la elaboración de políticas publicas adecuadas. La discusión sobre cuál es el mejor camino. Brindar información a la ciudadanía sobre formas de prevenir el delito o información clara y sencilla sobre lo que está pasando en la materia.

2.    La utilización mediática y de mercado con el objeto de generar audiencia con el miedo por un lado. Y, a partir de esto, ofrecer servicios de seguridad privados como vigilancia, cámaras, alarmas, blindajes, etc.

3.    La utilización política de la seguridad. Los números o la problemática en función de un interés político. Cuando escuchamos o leemos sobre el particular notaremos que nunca hay una propuesta concreta sino generalizaciones varias: estigmatizaciones (pobres, trapitos, vendedores ambulantes), verdades de perogrullo (combatir al narcotráfico (?), la corrupción policial, etc) o barbaridades como la argentina sicaria, etc, etc. Ninguno explica qué y cómo se hace.

Los datos así difundidos sólo sirven para los puntos 2 y 3. Y en virtud de dónde se publican tiene mucho más sentido que se sostengan sobre estos dos apartados. No sorprende.

Lo que debemos hacer es tatar de formar e informar. Seguir haciéndolo aunque cueste trabajo. Ocultar datos o brindarlos de forma aislada, sin explicarlos sólo le hace el juego a quienes pretenden lucrar con el problema de la seguridad. Cada vez que informamos mal, damos un paso atrás. Y sí, cuesta trabajo, es cansador, hay que soportar operaciones, discusiones insólitas. Sí, hay que hacerlo. Para cambiar la forma en que la sociedad ve la seguridad es preciso sostener el discurso, pero sobre todo profundizar las políticas de seguridad democrática explicándolas. Todo el tiempo.








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