
Mientras la derecha sigue hablando de menores e inseguridad cuando la realidad (la única verdad) es que la incidencia de los menores en el delito es ínfima; mientras Scioli lleva su policía a las escuelas (mal, Daniel, mal, ese no es el camino: en todo caso los policías bonaerenses tienen que ir a la Escuela pero a aprender, no a enseñar); mientras se siguen robando bancos (si esta es la respuesta policial al control político del nuevo Ministerio de Seguridad, bienvenido sea: no serán Robin Hood pero es mucho mejor que andar dejando muertos por la calle, como se temía); mientras todo eso pasa en nuestro verano argentino, la Policía Metropolitana silenciosamente sigue creciendo en su estructura.
Datos de la nueva vieja policía. Durante el 2010 ingresaron más de 1250 efectivos provenientes de otras fuerzas de seguridad (más del 80% de la PFA) y se tiene previsto para este año el ingreso de 350 más. La nueva vieja Policía Metropolitana está conformada en más del 75% con ex policías de otras fuerzas, que se formaron y ejercieron en un ámbito autónomo y corporativo. Se fueron a tiempo de las fuerzas de seguridad nacionales. Como el agua, que siempre encuentra su cauce, estos policías esquivan el control y la democratización. Ya lo dijimos 100 veces: la Policía Metropolitana ya es autónoma y vieja: el mejor lugar para los hombres y las mujeres de la prehistoria democrática. Su cáscara es moderna pero su contenido vetusto: formación militar y operativos de visibilidad callejera y mediática.
La ley 2894 que creó la Policía Metropolitana dispuso como disposición transitoria que: El personal proveniente de otras Fuerzas que se incorporen para conformar la primera estructura de mandos medios deberá satisfacer las exigencias de los exámenes psicofísicos y de conocimientos profesionales durante la realización del Curso de Integración y Nivelación del Instituto Superior de Seguridad Pública, siendo éste condición sine qua non para formar parte de cuadros permanentes de la Institución.”
Supuestamente se había dictado esta norma (transitoria; no permanente) para designar la primera estructura de cuadros de conducción y medios. Pero a partir de esta habilitación legal se metieron más de 1250 polis de otras fuerzas y, como si fuera poco, prevén incorporar 350 más. ¿No se les habrá ido la mano?
Una solución puede estar en la Legislatura: Derogar esa cláusula transitoria y cerrar el ingreso de policías de otras fuerzas, como ocurre en cualquier fuerza de seguridad: para hacer carrera tenés que empezar de cero.
Otra solución superadora la ofrecieron los legisladores opositores al presentar el informe final a fin de 2010 luego de la revisión de legajos de la Metro: A fin de sanear esta situación, y sin perjuicio de otras medidas que pueda proponer cada bloque político, consideramos imprescindible la remoción de la actual cúpula de la Policía Metropolitana y la designación de personal policial idóneo y con la acreditación de antecedentes en lo que hace al respeto a los derechos humanos.